1. No necesitas estar en una escuela para estudiar música
La música es una de las actividades humanas más vastas y complejas. Una escuela de música solo nos enseñará una forma en la que se ha desarrollado. Y no toda la música se enseña en una escuela.
Dependerá mucho de la música que te guste y a la que te quieras dedicar para que puedas elegir una escuela o alguien con quién aprender.
Normalmente las escuelas oficiales de música solo enseñan música académica y solo los instrumentos que se ocupan en esa tradición. Si no estás interesado en ese tipo de música, puede ser muy frustrante estar en estas escuelas. Te recomiendo mucho que te preguntes qué música quieres tocar y qué instrumento. Si no estás seguro puedes pedirle guía a algún músico que conozcas o admires. Investiga cómo fue su formación.
2. Ser solista no es la única forma de ser músico.
Normalmente en las escuelas se tiene como objetivo que los alumnos tengan un nivel técnico alto como solistas. Y está perfecto que se incentive a tener un buen nivel.
Sin embargo, eso puede llevarnos a mucha frustración e inseguridades al estar estudiando; porque todo comienza a ser una competencia entre compañeros para ver quién toca mejor, quién será el solista de la orquesta, et.
No todos queremos ser solistas. Muchos queremos tocar en ensambles, aprender a comunicarnos con otros músicos, a disfrutar y tocar otros géneros. No todos los alumnos que se gradúan de la escuela serán solistas. La verdad es que en el mundo profesional estarás trabajando con colegas para ensamblar y no siempre serás solista; por eso siempre prioriza ensamblar y aprender a trabajar en conjunto.
3. Un maestro es un guía, no un profeta.
Nadie, ni tu maestro, puede hacerte predicciones de lo que llegarás a hacer y a ser. No debes creer a ciegas sus juicios y opiniones. Lamentablemente muchos de los maestros llegan a ser violentos al dar su opinión sobre tu trabajo como alumno. Muchos hemos pasado por momentos en los que descalifican nuestro trabajo. Incluso llegan a sugerir que mejor nos dediquemos a otra cosa. Y lo peor de esto es que es algo común en las escuelas.
Si llegas a tener la mala experiencia de estar con un profesor así, lo primero que debes hacer es correr de ese lugar. Nunca será sano estar formándote en un ambiente donde descalifiquen tu trabajo y aprendizaje.
Y recuerda que todo lo que digan esos maestros no es más que un reflejo de lo que ellos son. Nada tiene que ver con lo que tú eres y puedes hacer.
4. Debes aprender a crear una carrera rentable.
En las escuelas de música se pretenden desarrollar los elementos necesarios para la vida profesional como músico. Sin embargo muchos de sus planes de estudio están desactualizados y tienen huecos para prepararnos para las exigencias actuales. No te van a enseñar a hacer dinero con lo que sabes.
Como músicos podemos trabajar en muchos cosas, no solo como intérpretes o maestros. Debemos ampliar nuestras posibilidades. Por ejemplo, la difusión cultural, la creación de espacios culturales, incluso tener un público dispuesto a escuchar nuestra propuesta artística y más cosas.
No te avergüences de vender y ofrecer lo que haces, eres artista y es una profesión como otras. Puedes vivir de ella. Lo que podemos aprender en la escuela muy pocas veces coincide con la realidad laboral a la que nos enfrentamos.
5. Permítete explorar la música antes de establecer un camino definitivo.
Hay muchas formas de estar en la música. Explora todo lo que puedas, toca en todo tipo de ensambles, todo tipo de música, ve más allá de ser solo un intérprete, explora la producción musical, la gestión cultural, la docencia, et.
En las escuelas de música académica dicen que para ser músico se debe estudiar el instrumento desde la infancia y estar seguro, desde esa edad o la adolescencia, que se quiere ser músico ¿pero quién sabe lo que quiere de su vida a los 14? Este tipo de modelos educativos nos dejan pocas posibilidades por explorar y que podrían enriquecer tu conocimiento y tu vida.
Recuerda que hay muchas formas de estar en el mundo de la música y la interpretación es solo una de ellas.
6. Ser músico (o artista) no te hace ser mejor persona.
En las escuelas se suele enaltecer a los grandes profesores, a los mejores intérpretes o compositores, pero nunca debemos olvidar que también son personas, y no por ser buenos en su profesión son mejores personas.
En las escuelas hay excelentes intérpretes que como maestros y personas dejan mucho que desear. Dejemos de lado esta idea de que los artistas son personas tocadas por lo divino y que esto les exenta de ser malas personas. En estos lugares se dan casos donde los profesores abusan de su poder con sus alumnos y los violentan con la justificación de que son grandes eminencias y eso les da autoridad.
Ni dentro ni fuera de las escuelas dejemos que la idea de ser artista nuble nuestro juicio sobre las personas.
7. Eres más que un músico
No olvidemos que estudiar música es solo una parte de nuestras vidas. Somos más que nuestra profesión. Ser músico es solo una parte de ti.
Si solo nos identificamos con lo que hacemos, ser músicos en este caso, cuando recibamos una crítica sobre lo que hacemos nos pondrá en una situación muy vulnerable.
Y ser músico es estar en una posición vulnerable constante sobre el escenario. No podemos poner nuestro ego, lo que somos, solo en ser músicos. Somos más que eso, somos personas antes que músicos.
Seguro recibirás críticas y juicios agradables y otros no tanto. Pero debes saber que estos solo se refieren a lo que haces como músico, no a lo que eres como persona. Combatamos nuestro propio ego para crear un ambiente musical más sano para todos.
Agradeciendo a Leo por permitirme publicar su opinión como artículo, lo pueden encontrar en todas las redes sociales como @LeoPonceViolin.